La periodontitis es una infección bacteriana grave que daña el tejido blando y destruye el hueso que soporta los dientes.
Es el resultado de una gingivitis no tratada y, a diferencia de esta, sus efectos son irreversibles.
En la periodontitis, las bacterias y la inflamación crónica hacen que las encías se separen de los dientes, formando «bolsas» o espacios donde se acumulan más bacterias, placa y sarro.
A medida que la enfermedad avanza, estas bolsas se hacen más profundas, la infección se extiende y el hueso maxilar se desgasta, haciendo que los dientes se aflojen, se muevan e incluso se caigan.
El tratamiento de la periodontitis suele ser más complejo y requiere la intervención de un especialista (periodoncista).
Incluye limpiezas profundas (raspado y alisado radicular) y, en casos avanzados, cirugía para limpiar las bolsas y restaurar el hueso perdido.
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